Una mujer en Brasil llevó a su tío de 68 años que había fallecido hace unas horas a “solicitar un préstamo” de 17 mil reales.
Tanto los empleados del banco como la policía descubrieron que el hombre estaba muerto. La realidad supera la ficción.
“Tío esta escuchando? El señor puede firmar. Si el señor no firma, no se puede. Yo no puedo firmar por el señor”