Los tiburones han sido considerados tradicionalmente como depredadores implacables, protagonistas de historias aterradoras en los medios y el cine. Sin embargo, un nuevo estudio desafía esta percepción al sugerir que algunos ataques a humanos podrían ser actos de autodefensa más que intentos de caza. A través de un análisis profundo de datos y observaciones de campo, los investigadores plantean un cambio en la narrativa sobre estos majestuosos animales, invitando a la humanidad a reflexionar sobre su papel en estos encuentros.
Un Mito Construido por el Miedo
La imagen del tiburón como un cazador despiadado ha sido alimentada durante décadas por representaciones exageradas en películas, documentales y noticias. Sin embargo, los datos muestran una realidad muy diferente: los ataques de tiburón son extremadamente raros y, en muchos casos, no son letales. En 2024, se registraron solo 88 mordidas en todo el mundo, de las cuales apenas siete fueron fatales. En comparación, los hipopótamos, considerados menos peligrosos, causan más de 500 muertes al año, y enfermedades transmitidas por mosquitos, como la malaria, son responsables de más de medio millón de muertes anuales.

A pesar de estos números, los tiburones siguen siendo vistos como amenazas, lo que ha llevado a una actitud de temor y, en muchos casos, a la caza indiscriminada de estos animales. Pero, ¿qué pasaría si algunos de estos encuentros fueran el resultado de acciones humanas que los tiburones interpretan como agresión?
Investigación: ¿Mordidas por Defensa Propia?
Un equipo de biólogos marinos liderado por científicos franceses ha publicado un estudio en Frontiers in Conservation Science, en el cual argumentan que cerca del 5 % de los ataques de tiburón a humanos podrían no deberse a la caza, sino a respuestas defensivas. Según los investigadores, estos encuentros ocurren cuando los tiburones perciben una amenaza y actúan instintivamente para protegerse.
El estudio fue dirigido por Eric Clua, especialista en tiburones de la Universidad PSL, quien comenzó a notar patrones en sus investigaciones en la Polinesia Francesa. Durante años, escuchó relatos de pescadores que mataban tiburones atrapados accidentalmente en redes de pesca. En varios casos, los tiburones mordían a los pescadores cuando estos intentaban capturarlos o matarlos. También hubo registros de mordidas a pescadores submarinos cuando el tiburón parecía querer alejar al humano de su presa.
Estos eventos llevaron a Clua a desarrollar un modelo de defensa personal para explicar el comportamiento de los tiburones en estos casos. “No siempre es el tiburón el que busca atacar. En muchas ocasiones, es el ser humano el que inicia una interacción agresiva, y el tiburón simplemente reacciona para protegerse”, afirmó el investigador.
Análisis de Datos: Evidencia Global
Para respaldar su hipótesis, el equipo analizó 74 casos de mordidas documentadas en la Polinesia Francesa entre 2009 y 2023. De estos, cuatro casos —aproximadamente un 5 %— mostraban signos claros de defensa propia. Posteriormente, ampliaron el estudio al Global Shark Attack File, una base de datos con registros de casi 7.000 ataques desde 1863. Al centrarse en mordidas clasificadas como “provocadas” —es decir, aquellas que ocurrieron en circunstancias donde el humano estaba cerca del tiburón—, identificaron 322 incidentes que cumplían los criterios de defensa propia. De nuevo, este número representaba un 5 % del total.
Los patrones identificados en estos ataques incluían situaciones en las que el tiburón mordía justo después de una acción humana agresiva o percibida como tal. En muchos casos, las mordidas eran superficiales y no letales, lo que indicaba que el tiburón no estaba intentando alimentarse, sino simplemente alejar la amenaza.
Ejemplos de Mordidas Defensivas
Los investigadores citaron casos concretos en los que los tiburones parecían actuar por instinto de supervivencia. Entre ellos:
- Mordidas a pescadores: Algunos tiburones atacaban después de haber sido atrapados en redes de pesca y golpeados por los humanos que intentaban matarlos. Estos encuentros reflejan una clara respuesta defensiva ante un peligro inminente.
- Reacción en aguas poco profundas: En ciertos casos, tiburones varados en playas mordieron a las personas que intentaban devolverlos al mar. Aquí, el animal podía estar confundido y desesperado por sobrevivir, viendo cualquier interacción humana como una amenaza.
- Ataques a buceadores cerca de presas: En múltiples incidentes, tiburones mordieron a buceadores que estaban cerca de peces muertos o heridos, interpretando su presencia como una competencia directa por comida.
Estos ejemplos refuerzan la idea de que los tiburones no siempre atacan por instinto depredador, sino que pueden reaccionar ante situaciones de peligro o incomodidad.
Recomendaciones para Evitar Encuentros Peligrosos
Comprender las motivaciones detrás de las mordidas de tiburón puede ayudar a prevenir futuros incidentes. Los expertos sugieren una serie de precauciones para minimizar el riesgo de encuentros peligrosos:
- No acercarse a tiburones heridos o atrapados, ya que pueden ver la interacción humana como una amenaza.
- Evitar nadar solo en zonas con presencia de tiburones, ya que estar en grupo reduce el riesgo de un ataque prolongado.
- No molestar ni manipular tiburones, incluso si parecen inofensivos.
- Ser cauteloso al bucear cerca de presas heridas o cadáveres de peces, ya que los tiburones pueden ver al humano como un competidor por la comida.
A diferencia de algunos depredadores terrestres, quedarse quieto no siempre es la mejor estrategia ante un tiburón con intenciones agresivas. En caso de un encuentro hostil, los expertos recomiendan intentar alejarse activamente en lugar de quedarse inmóvil.
La víctima es una médica de 38 años. Subió a la red social, fotos en las que muestra las heridas que le dejó el animal, de gran tamaño. Expertos aseguran que se trató de un caso aislado que no se repetirá en 50 años.
Cambiar la Narrativa: Un Llamado a los Medios
Además de proporcionar información útil para prevenir ataques, los investigadores esperan que este estudio ayude a cambiar la manera en que los medios de comunicación presentan estos incidentes. Según Clua, muchas noticias sensacionalistas se enfocan en la agresividad de los tiburones sin considerar el contexto del ataque.
“Es importante que los medios analicen las condiciones en que ocurren los encuentros, en lugar de simplemente reforzar la imagen del tiburón como una máquina asesina”, afirma Clua. Un enfoque más equilibrado permitiría promover la conservación de estos animales y fomentar la convivencia segura entre humanos y tiburones.
Conclusión
Este estudio desafía la percepción tradicional de los tiburones como depredadores agresivos y destaca la importancia de entender sus respuestas instintivas. Si bien los ataques son raros, comprender que algunos pueden ser actos de defensa propia puede cambiar la forma en que interactuamos con estos animales y mejorar la seguridad en el agua. Con un enfoque basado en la ciencia y la precaución, es posible reducir riesgos y fomentar una relación más armoniosa entre humanos y tiburones.